27 marzo 2007

Problemas de memoria

Que tengas problemas de memoria con el ordenador es algo raro, raro, raro. O en dos palabras: muy raro. Es raro porque la memoria es un componente que, además de barato (con perdón), es bastante fiable y no suele cascar. Y es raro porque los fallos de la memoria se manifiestan de formas extrañas: puede ocurrirte, por ejemplo, que algunas aplicaciones casquen de vez en cuando por causas desconocidas e inexplicables.

Cuando digo que cascan quiero decir que cascan, es decir, que mueren y que lo hacen sin dar el típico mensaje de aplicación de lo siento, señor, pero no pude acceder a tal o cual cosa y, como no sé continuar, me muero. Todo lo más que podrás ver es el típico mensaje del sistema operativo diciendo algo como la aplicación tal murió repentinamente sin saber yo cómo ni porqué, seguido esto de un volcado de pila, que es un mensaje escrito en hexadecimal cuya misión es la de dejarle bien claro al usuario que si el Sr. Sistema Operativo no ha sabido explicar la causa de la muerte, pues él aún menos.

Sin embargo, donde algunos ven problemas otros encuentran oportunidades, así que esta aleatoriedad de los fallos de la memoria puede ser utilizada en tu favor o en pos de alguna causa noble. Por ejemplo, supongamos que eres el típico entendidillo o PcGiver o Pringao ante el típico usuario nisenimimportaquepaesostastú o GGC (Gran Gorrón Computés) que te viene con aquello de:

GGC - Hola, Lucas. Mira, me pasa una cosa rarísima con el ordenador...

Desde el mismísimo momento en que tú escuchas estas palabras (cosa rarísima), tú ya tienes preparada la que será tu respuesta; porque ya sabes que GGC viene con la típica intención de que le dediques tu tiempo, conocimientos y lo que sea menester a cambio de su sonrisa y, tal vez, un caluroso apretón de manos. En este momento se pone en marcha un procedimiento sencillo:

  1. Dejar que el GGC cuente su problema.
  2. Hacer una batería de preguntas al GGC que el GGC no sabrá responder. (Opcional)
  3. Poner una mueca y concluir tajante: Hmnn, esto va a ser de la RAM, ¿eh? Esto lo vas a tener que llevar a la tienda...

Hay mucha gente sin ninguna intención de gastar ningún dinero en nada que "huela" a informática (excepción hecha del hardware, que es lo que pueden ver y tocar): son los GGC. Así, de este modo, habrás puesto tu granito de arena para hacerle entender a un GGC que, al igual que hay un señor mecánico que te arregla el coche, también hay un señor informático que te arregla el ordenador, y que ambos tienen el mismo derecho a comer, el mismo derecho a tener una casa y el mismo derecho a irse de vacaciones.

Por otra parte, puede que a quien tengas delante no sea a un GGC sino a un IPT (Indeseable Pirata de Tienda). Afortunadamente la selección natural parece que va funcionando y cada vez (parece que) quedan menos de estos. Cuando a un IPT un cliente le devuelve una RAM defectuosa, el IPT solo se plantea tres opciones:

  • Me como la RAM defectuosa con patatas fritas y ketchup.
  • Transformo la RAM defectuosa en un collar de diseño y lo vendo en el rastro.
  • Coloco la RAM defectuosa en el equipo del próximo cliente.

Un típico IPT siempre opta por esta última alternativa. Esta es, probablemente, la razón de que todos los IPT de los que he tenido conocimiento hayan acabado cerrando sus respectivas tiendas. ¿Queda todavía alguno? No lo puedo asegurar.


Así pues, tenemos dos situaciones tipo en las que sería deseable comprobar la salud de nuestra RAM:

  • Cuando nuestras aplicaciones cascan sin que podamos encontrar ningún otro motivo.
  • Cuando nos acabamos de comprar la memoria.


Agraciadamente, comprobar la RAM es muy sencillo si sabes cómo. Para ello necesitas un programita especializado: memtest86+, por ejemplo. Puedes descargarlo gratuitamente de su página web www.memtest.org. En ella se te cuenta todo lo que necesitas saber acerca del programa. Como verás, es un programa de código abierto con licencia GPL (o, dicho en cristiano, mejor que gratis).

Lo más sencillo en circunstancias normales será que te descargues la imagen ISO y que te la grabes en un CD (¡no cometas el frecuente error de grabar el archivo como datos en vez de grabar la imagen en el CD!). Esto creará un CD de arranque con el que deberás iniciar la máquina. Inmediatamente verás aparecer una pantalla azul de las de cuando el güindous no existía, en la que el programa te irá diciendo lo que vaya haciendo. A partir de entonces, lo único que tienes tú que hacer es esperar. Es aburrido. Es un buen momento para irte a plantar un árbol, escribir un libro o tener un hijo.

No esperes que el programa termine, porque no termina nunca. El programa prueba y prueba y prueba, el conejito de Duracell muere, el programa sigue probando, los descendientes del conejito de Duracell mueren, el programa sigue probando... En definitiva, que, cuando te canses, pulsa Esc para terminar con las pruebas. Si lo dejas un buen rato funcionando, pues miel sobre hojuelas. Pero si que exista un fallo de memoria es difícil, no encontrarlo en la primera pasada y encontrarlo en pasadas posteriores es mucho mucho mucho más difícil.

No esperes un informe al acabar la ejecución. Si el programa encuentra un fallo (¡y los encuentra cuando los hay!), lo verás: el rojo sobre el azul destaca una barbaridad. En caso contrario, no news is good news...

2 comentarios:

Rosalba Behaine dijo...

Tomo nota por si me sucede alguna vez

Hernan Berguan dijo...

Ya lo decía el griego aquel, que el lápiz y el papel es mejor que la mejor de las memorias...
:)